“La semilla cayó en tierra fértil y dio abundantes frutos”
La semilla del amor esparcida por santa Claudina Thévenet hace ya casi doscientos años germinó y florece hoy en los cinco continentes dando al mundo ejemplo de servicio, capacidad de perdón, fe, bondad, entereza y un profundo amor a Jesús y a María.
El tiempo va pasando y su filosofía de vida sigue germinando y será siempre vigente, hoy más que nunca el mundo requiere de personas capaces de servir desinteresadamente, que vean en el otro la presencia de Jesús y se conmuevan ante el dolor ajeno. Personas que como Claudina, abran su corazón generoso para donarlo en amor y comprensión al más necesitado, a través de acciones de solidaridad, compromiso misionero, fervor apostólico, presencia activa en la formación de mujeres capaces de ganarse la vida, de formar hogares felices, capaces de iluminar con la luz de la fe.
Hoy más que nunca la capacidad de perdón engendrada en Claudina se hace evidente en un mundo que clama a gritos, la paz, el desarme de las naciones, la eliminación de fronteras de guerra, la justicia y en general acciones de no violencia. El mundo necesita vivir en reconciliación con el hermano y ella enseñó cómo hacerlo, ella enseñó la renuncia a la venganza.
Hoy más que nunca el mundo requiere de personas caracterizadas por su entereza moral, que luchen decididamente por sus sueños y ante las dificultades obren con inteligencia y serenidad. Claudina ha sido ejemplo de lucha, perseverancia, confianza en las bondades del Señor, sabia previsión que apoya la confianza y una especial devoción a María.
Hoy más que nunca el mundo requiere de maestros que basados en la pedagogía del amor y la prevención, que iluminados por la ciencia y fortalecidos por la conciencia de su misión trascendente, apoyen la educación de niñas y jóvenes, seguros de lograr a través de ella mejores seres humanos.
Claudina sabía que una buena educación y la formación en un oficio haría de sus protegidas, mujeres capaces de transformar sus hogares y por ende a la sociedad. El mundo necesita hombres y mujeres que hablen con claridad, que la luz de su palabra llegue directamente al corazón y a las mentes de sus estudiantes, a veces confundidas y a oscuras en un mundo lleno de información, de conocimiento, pero cargado de vicios y contracciones.
Hoy más que nunca los habitantes de este planeta necesitan afianzar su espiritualidad, acercarse con humildad a Jesús y a María para no perderse en la soberbia y la vanidad que tanto desarrollo tecnológico y científico despierta en los seres humanos.
Podría seguir evidenciando muchas otras acciones trascendentes del pensamiento de Claudina, pero es suficiente con entenderé que todas ellas están cimentadas en el amor y en la disposición para el servicio. Ella contó en sus inicios con un grupo de jóvenes dispuestas a donar su vida en beneficio del otro y a través del tiempo se fueron uniendo muchas otras mujeres emprendedoras, inteligentes y dadivosas que han contribuido al fortalecimiento de su pensamiento a través de la historia. Ellas han contribuido a esparcir las semillas que con amor sembró Claudina y han hecho que se propaguen por el mundo teniendo muy en cuenta una frase de su fundadora: “SE CAMINA CON MÁS ENTUSIASMO Y MÁS SEGURIDAD CUANDO VARIAS PERSONAS VAN JUNTAS”.
En este día, todos queremos agradecer y felicitar a la Congregación de Jesús María por tanto bien que han hecho a la humanidad y muy especialmente a las niñas y jóvenes del barrio Castilla, muchas gracias por no dejar morir las semillas que con esfuerzo y entereza sembró Claudina. Ahora, nos corresponde a todos a colaborar en este empeño, pero no estamos solos, porque alrededor de Claudina y de todos nosotros hay dos fuentes inagotables: JESÚS y MARÍA. Si nos unimos a sus resplandores nunca caminaremos a oscuras por la vida.
Profesora Marina Gil / Institución Educativa Jesús María El Rosal – Religiosas Jesús María / Medellín, Antioquia, Colombia
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